@L.Aversa/El Grup d’Estudis de la Naturalesa (GEN-GOB) y la Fundación para la Conservación de Ibiza y Formentera han presentado hoy el segundo estudio del proyecto ‘El Mar, una responsabilidad compartida’ que en esta ocasión analiza la “amenaza” que suponen para las aguas pitiusas la depuración deficiente de las aguas residuales por parte de las estaciones de depuración de la isla.

Xisco Sobrado, Marià Marí y Sandra Benbeniste presentaron el informe en la sede del GEN. Foto: L.A.
Sandra Benbeniste, portavoz de la Fundación para la Conservación de Ibiza y Formentera, Marià Marí, integrante del GEN-GOB, y el técnico Xisco Sobrado, han presentado el proyecto, que como principal conclusión señala que el 63 por ciento de las aguas sucias de la isla están mal depuradas y contaminan el mar.
Marí ha explicado que el estudio se basa en los datos oficiales de la Agencia Balear del Agua (Abaqua) del Govern balear y ha detallado que el proyecto se ha decidido presentar ahora, justo antes del inicio de la nueva temporada turística, porque en el pasado verano ya “mucha gente y muchos empresarios” señalaron su preocupación ante “la masificación del turismo, la defienciencia en infraestructura y sistemas de depuración de agua”.
Según ha destacado, ante la nueva temporada, las previsiones son mejores, “y seguimos abriendo puertas al crecimiento y reclamando más plazas turística”.
“Hoy hablamos del agua en general, pero detrás hay un problema de fondo y es que Ibiza y Formentera siguen sin un modelo territorial consensuado”, ha añadido Marí, que la recordado la fragilidad de las dos islas “pequeñas” como las Pitiüses.
Ejemplo de mala gestión
Entre los datos más significativos del estudio, Marí ha remarcado que de los 13,7 millones de metros cúbicos de aguas depuradas en 2105, “un 63,21 por ciento de las aguas padecen una depuración deficitaria y están contaminando”, lo que significa que 8,6 de metros cúbicos de aguas residuales se han vertido al mar con un tratamiento deficiente.
Del total de las aguas depuradas, menos del 7 por ciento, un total de 898.675 metros cúbicos anuales, se han podido reutilizar, “una cantidad ínfima si tenemos en cuenta el agua depurada y el coste que esto representa”, según ha señalado Marí.
Además, del total de aguas depuradas, unos 8 millones de metros cúbicos provenientes de las depuradoras de Ibiza y Santa Eulària, las que peor funcionan de la isla, se sometieron a tratamiento terciario, pero paradójicamente no se pudieron utilizar por su alto nivel de salinización.
“El resultado: mucha agua dulce que se podría aprovechar no es reutilizable”, señala el estudio.
Dejadez y falta de previsión
Desde el GEN apuntan que “estos datos son representativos de la dejadez y la falta de previsión institucional”. “Y esto sucede en unas islas que viven del turismo y que ven, como año tras año, el mal funcionamiento de las depuradoras generan problemas de contaminación a calas y playas, con los peligros para la salud que esto compuerta y las consecuentes repercusiones sobre la imagen turística”, añade.
“Talamanca ha sido durante los último años, y continúa siendo a la actualidad, el ejemplo más representativo de esta gravísima situación”, remarca el estudio, y recuerda que la playa estuvo “cerrada y con bandera roja durante al menos 11 días de los meses de agosto, septiembre y octubre de 2015″.
Sólo tres depuradoras funcionan de forma aceptable
Entre otras cuestiones, el proyecto también destaca que “los análisis de las muestras de agua recogidos a la salida de las depuradoras demuestran incumplimientos en la eliminación de materia orgánica”.
De las 10 depuradoras de la isla analizadas, “7 presentan un tratamiento de depuración deficiente, mientras sólo 3 presentan un nivel de depuración aceptable, y son Sant Antoni, Cala Llonga y Puerto de Santo Miquel).
“Las depuradoras que peor funcionan son las de Ibiza y Can Bossa”, señala.
Para los responsables del proyecto, “la conclusión no puede ser más decepcionante”.
“A pesar de la alarmante necesidad de agua dulce a en las Pitiüses”, donde, según recuerdan, “no está garantizado el suministro de agua para el consumo humano durante este verano”, la gestión de las aguas depuradas y su reutilización para usos diversos “es muy deficiente”.
“Esta situación, dificulta, e incluso impide, la reutilización de las aguas depuradas, y favorece el incremento del consumo de agua proveniente de acuíferos, a menudo sobreexplotados y salinizados, y desaladores de agua de mar”, denuncia.
“Ante esta situación, si queremos apostar por la sostenibilidad del recurso agua y evitar la contaminación provocada por los vertidos de aguas insuficientemente depuradas”, reclama el GEN, que señala que este objetivo “se puede conseguir con la adopción de medidas encaminadas a la ampliación, remodelación e implantación del tratamiento terciario” en las depuadoras, además de controles para evitar los problemas de salinización.
“Pero no podemos obviar las limitaciones insulares, la capacidad de carga de los recursos naturales. De no poner freno a la situación que sufrimos el colapso está más que asegurado”, concluye el GEN.